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10 julio, 2014

Todo con mucha altura

Hay cosas de las que no suelo hablar hasta que explota todo o pasa un tiempo y ya no es lo mismo. Quizás era más sano poder comunicarme al respecto en el momento, pero eso es algo que recién estoy aprendiendo ahora.

Yo iba a hacer un libro, pero abandono todo. Y la verdad que sólo tengo que escribir. Y escribir un poco es lo que voy a hacer ahora, nunca sé qué es lo que voy a recopilar.

Las sesiones de psicoterapia van bien, estoy bastante bien. Las dos últimas fueron hablar un par de cosas y recibir un feedback de mi psicóloga muy bueno que me hicieron sentir orgullosa de mí misma, cosa que no recuerdo que me pasara hace muchísimo, no a este nivel. Y puede ser que para muchos ir a terapia cuando "se está bien" es inútil, porque uno va a "que le arreglen la vida", pero no, la terapia... es tu amiga *risas*. Está en las buenas y en las malas, y hay que seguir seguir hasta el alta. Es mi meta.

En diciembre, cuando a mi viejo le dió el preinfarto me hizo muy mal. Me vi muy afectada y me volvieron muchos fantasmas. Logré estabilizarme regulando mi falta de constancia con la psiquiatría, hablando mucho y con apoyo de las personas importantes en mi vida. La estabilidad me ayudó a poder volver a estudiar y sentirme bien en ese espacio, un gran logro.
Hace poco, creo que en mayo, me entero de que mis viejos se separan y me volvieron fantasmas pero pude salir mucho más rápido de ese bajón, poco después, días, de que mi mamá se vaya con mi hermana de la casa con mi viejo, me entero que mi viejo tiene cáncer, un tumor en el colón. Y recién hoy pude respirar un poco mejor, hoy que me enteré que luego de la operación está bien y que no necesita quimio. Aun quedan las cosas del divorcio que resolver entre ellos pero estoy muy tranquila -a lo que podría ser mi vida- y llevo todo con mucha altura. Orgullo. Y tranquilidad.

Tengo otros asuntos que estoy resolviendo en terapia y hago tiempo para todo. Pero es desgastante.

Hace 5 años que vivo sin mis padres, estando yo en otro país. Los momentos de distancia han sido fuertes en distintos momentos, por distintas causas. Ahora duele no estar para pasar todo este momento de separación y problemas de salud, pero la verdad que ser una hija adulta es muy distinto a ser una hija pequeña que vive con sus padres, el papel que se vive es otro.

Tengo que ponerme las pilas en muchas otras cosas, mi rol como dueña de casa es paupérrimo pero la verdad que sobreexigirme, cuando estoy rindiendo tan bien es insano. No puedo seguir con cosas que me hacen daño, la paciencia es fundamental.

Y sigo, sigo para adelante.

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