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10 octubre, 2014

#DiaMundialdelaSaludMental

10 de Octubre, graciosamente 10/10. ¿Qué es de mí este año? Sentada escribiendo esto, aun con piyama, tengo bañarme y preprar cosas para el fin de semana, tengo que hacer compras al supermercado y preguntar por unos precios, tratar de resolver algún ejercicio para la facultad, debería pasar a la farmacia para comprar más quetiapina... cosas. La vida se ve bastante normal ahora. El año pasado estaba terminando mi acompañamiento terapéutico, creo que en Noviembre fue la última vez que ví a Laura, quizás estaba yendo dos veces por semana a psicoterapia, quizás sólo una, la frecuencia fue variando siempre. También estaba tomándo 4 fármacos distintos: Valcote (divalproato de sodio), risperidona, paroxetina y quetiapina. Buscaba cosas que integrar a mi rutina, por ejemplo, durante un tiempo fui a clases de crochet. Hace dos años, 2012, estaba turnaba con otras acompañantes terapéuticas, en la tarde iba a Hospital de Día, dos días en la semana veía a mi psicóloga, mi coctel de psicofármacos era más alto e incluía clonazepam, creo que eran sólo 5, pero creo que pocos meses antes eran 6 las droguitas. Hay cosas que no puedo recordar bien, tengo no vacíos, sino oscuridad, momentos oscuros y borrosos, sé que están pero la cinta se arruinó de alguna forma. En el 2011 hace poco me había ido a convivir con Daniel, había empezado a trabajar tiempo completo y algunos días en la noche cursaba, no había empezado psicoterapia aun y jamás hubiese adivinado que en unos 8 meses estaría internada en un hospital psiquiátrico. 
Las vueltas de la vida son raras, más aun cuando se presenta alguna enfermedad, una enfermedad de quiebre dónde podemos separar un antes y después, sobretodo un después cuando te sientes mejor y te das cuenta que sobreviviste y ahora el reto es vivir. Vivir una vida digna, tranquila, con esas cosas mundanas que a veces se envidian. La mente por muy abstracta que se nos pueda presentar, también tiene sus enfermedades y/o transtornos, crisis, debilidades fluctuantes. Como lo físico, estas inconveniencias se pueden presentar desde el nacimiento, pueden ser una alteración en algún gen de forma aleatoria o transmitida por nuestros progenitores, podrían también aparecer de más grandes, en cualquier estapa de la vida, por misma cuestión genética ó desarrollo afectado por el ambiente, por nuestra historia, por cómo interactuamos en la vida. Y hasta casi por qué sí y por qué a mí.

Traté en alguna otra entrada sobre el asunto del estigma social de la patología mental pero ya que el lema de este año del día de la salud mental es "Abriendo mentes, cerrando estigmas" voy a repasar un poco al respecto: Me revienta soberanamente que un resfrío, un problema intestinal, etc., pueda ser excusa para faltar al trabajo o estudio y no se pueda justificar en todos los casos cosas como que uno está sufriendo un ataque de pánico, está somatizando de alguna manera por una cuestión mental, que se siente imposibilitado de ejercer por algún malestar del ánimo... Y me duele más que estos temas no sean hablados abiertamente, que una hospitalización por algo físico sea fácil ponerse en el lugar del otro, no con tanta lástima (aunque puede pasar) sino con entendimiento y al hablar de una hospitalización psiquiátrica te miren con miedo e incomprensión, "estoy tratando con un loco".
Para mí, repito que para mí, lo fundamental es sacar la asociación con la locura, no soy una nazi del movimiento como para exigir que se saque esa palabra por ser ofensiva, me parece bien que se use figurativamente como decir "estoy muerto" pero la locura es un estado como la muerte. La desconexión total con la realidad y una dificultad en gran escala de la reincerción a la sociedad. En mis problemas saborié las alteraciones de la realidad, no quisiera jamás volver a estar en ese nivel, el sufrimiento es demasiado, imaginar vivir en ese estado me da un miedo terrible, es tal que prefiero la muerte.

Escribo esto porque me gustarían más campañas, más información desde que somos pequeños, sobre cómo descubrir alertas a posibles malestares mentales, que se puedan prevenir ciertos casos, que se pueda llevar la mejor calidad de vida posible cuando se presente cualquier incoveniencia a la salud mental. Quizás es la sensación de que no te puedes contagiar la que nos lleva lejos de mejorar en este campo, pero siento que muchas cosas sí se contagian si uno no tiene anticuerpos, si no estás preparado: el estrés, la angustia, el miedo... Sensaciones así propagan pero conocer al respecto nos hará bien, así como no excluímos de la socidad a alguien por tener una gripe, una amigdalitis, podemos cuidarnos nosotros y cuidar al que esté enfermo, no son excluyentes. Y quizás algún día se hable con tranquilidad y afecto con una persona que tiene un ataque de pánico, le diremos qué nos sirve a nosotros, tal como a alguien con dolor de garganta le decimos que se tome un té con limón y miel. Naturalidad frente a estas cosas.

1 comentario:

A girl called María dijo...

qué bueno esto que escribís Fily, es muy interesante.