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07 mayo, 2012

Desde el otro lado.

Vengo a escribir esto mirando hacia abajo. Es complicado, muy personal, rídiculo inclusive, pero lo quiero dejar acá y no escondido en otros lugares de mi internetz. Les pido consideración con las cosas que expreso acá. Creo que nunca dejé en Inflexionando algo así, que me deje tan vulnerable.

Anoche mi cabeza tuvo un click, no sé cómo explicarlo pero las cosas ya no son iguales. Daniel me dijo que estas cosas iban a pasar a lo largo de mi terapia, no esperaba algo tan revelador asi de pronto.

Quisiera explicarles qué fue lo que cambió pero es difícil, estoy entrando en cosas tan establecidas en mi cerebro que es como si escribiera sobre que el cielo es azul. Obviedades. Cosas que están tan asimiladas que parece ridículo hablarlas.

Ahora me viene a la mente algo como... el daltonismo. Esto es para tratar de ejemplificar. Había una vez un niñito que, como todos cuando chiquititos, aprendió los colores, los colores, los nombres de cada color y de qué color es cada cosa, el sol es amarillo, el mar lo pintamos azul, etc. Nadie sabía que este niño era daltónico, hasta que un día su madre vio un dibujo que había pintado; los colores del árbol estaban invertidos. La madre le pregunta al niño por qué pintó las hojas marrones y el tronco verde, el niño la mira raro, no era así, no para él, que veía esos dos colores invertidos y que los había aprendido con esos nombres, todo lo que era "verde" él lo veía marrón, así que el color marrón se llamaba "verde".
Los conceptos, las cosas que aprendemos, a veces están tan en el fondo, creadas en un momento que desconocemos que no sabemos que no es lo que el resto piensa, que hay algo distinto y, por lo general, eso trae problemas. Nos sentimos incomprendidos si la definición que tenemos de algo pensamos que es la misma que la de los demás pero, al final, resulta que no es así.

Pero lo que cambió en mí no es realmente la definición de un concepto, sino que se creo uno nuevo. Se creo algo que nunca había considerado. No sé por qué nunca lo había tenido en mente pero bueno...

Quizás ya había escuchado la palabra pero el click se hizo anoche, cuando, mientras Daniel me abrazaba, porque yo estaba en los típicos bajones que vengo teniendo actualmente, y me dice "yo soy tu compañerito". Se refería, claro, a algo que veníamos hablando hace tiempo, en ser compañeros para el resto de la vida, alguien, una pareja que te acompaña por siempre. Tengo claro y de hecho me encanta ser compañera, es una de las cosas que más me gustan de estar en pareja, sin embargo nunca, pero nunca, había considerado el hecho de que un "novio" es también mi compañero. Es decir, yo siempre había sido novia pero nunca había sentido o pensado o más bien razonado, que yo tenía algo también. Y ese algo eran las mismas cosas que yo daba.
No sé si se entiende es, ahora que lo veo desde afuera, muy extraño ¿por qué mi concepción de pareja fue siempre de un sentido? Y no es que no le haya pedido cosa a las parejas que tuve, sino que me parecían cosas básicas o que me las había ganado, comprar el derecho de tener/pedir algo mediante las acciones que yo hacía, sino deberlo, sino pedirlo con culpa.

Muchas cosas me daban culpa. El tiempo por ejemplo. Si yo necesito tiempo de mi pareja y él elegía quedarse conmigo en vez de cumplir sus obligaciones, yo sentía culpa. Cuando yo manifestaba esa sensación, solía recibir un "pero soy tu novio". Ahora me da ternura eso, lo veo como él queriendo cumplir con su parte de compañero, diciendome que no entiendía por qué me daba culpa si en una situación inversa yo haría lo mismo. Pero hasta anoche yo no veía las cosas desde el otro lado, si yo daba tiempo era parte de lo que quería o mi obligación por el compromiso, si lo recibía era porque era necesario que del otro lado me cuidaran o que me dieran algo para que yo siguiera entregando. Culpa porque yo no merecía ese tiempo que me daban, no me correspondía
Pausa. Me duele recordarlo.
Era una situación completamente desequilibrada como pareja, insalubre para mis emociones. No había igualdad, podría decirse que era una visión como si yo fuera una mascota. Había cariño, cuidado y todo eso, pero no era un igual.

Anoche, por primera vez, me sentí como un igual en una pareja. Y fue... desbordante emocionalmente. Quisiera decir feliz porque también fue algo feliz y aliviante pero no, no fué sólo eso, también tuve rabia y mucha pena ¿cuándo pasó eso? ¿cuándo creí que esa situación era la normal, que era justo? ¿por qué no me di cuenta antes? No lo sé. Los colores estaban invertidos y yo no sabía, creo que lo aprendí así. No sé en qué momento de mi historia se formó eso pero me alegro de haberlo roto.

Nunca había considerado qué quería de un compañero en mi vida, porque nunca había pensado que podía tener uno. Sabía si qué quería en un hombre como pareja, qué me gusta, qué me atrae, qué espero en el compromiso pero la idea de compañía, de que así como yo quiero ayudar en los proyectos de mi pareja, él también me va a ayudar. La idea que no estoy sola, que tengo alguien bancándome, en los momentos felices y en los momentos tristes, cuando quiera hacer algo, cuando no quiera, cuando... no sé... todo.
Pausa.

Por eso me sentía tan sola. Por eso la compañía se desvanecía. Porque esta cosa tan desigual se mezcló también con la amistad, con la familia, con toda relación humana en distinto grado. Aun no sé medir ese grado pero creo que en pareja era más fuerte que en otro lado -o aun no me hizo click en las otras situaciones-.
En la amistad si me doy cuenta cuando pasa porque siempre que necesito un amigo me da culpa pedirle tiempo. Es decir, está mal para mí pedirle amistad a un amigo, ó lo estaba. Tenía que sentir que era un igual para no sentirme mal o que le había entregado mucho a esa persona. Esa igualdad creo que tiene que ver con las similitudes de la historia personal de cada uno, pero esa es una respuesta poco pensada para que eso cierre, no estoy segura.

Me da rabia pensar cuántos momentos he arruinado por culpa de esto. También pena. No pude hacer otra cosa que no fuera disculparme con Daniel. Le pedí perdón por las veces en las que él me inentivaba a hacer las cosas que me gustan pero yo me sentía agredida, obligada a hacer algo. En ese perdón iban también otras cosas como, por ejemplo, muchos de mis miedos, cosas que salieron mal sólo por sentirme inferior. Porque ese era el problema. Yo no podía elegir, yo no podía estar segura de nada de lo que hacía porque no tenía la autoridad ni el derecho de hacerlo y, sin embargo, tenía qué poder como cualquier persona normal. (También le pedí paciencia si algo me empezaba a salir mal desde ahora, todo cambiaba y bueno... era como que si casi nunca hubiera tenido una pareja, al menos de la forma que entendía ese concepto ahora).

No sé qué pasó en mi cerebro que las cosas estaban tan mal. Y siguen habiendo muchas más que lamentablemente no sé dónde están. Me angustia bastante el daño que hago/hice a muchas personas con estos conceptos errados o, al menos, dañinos. Pero tampoco me puedo culpar, no fue algo que hice apropósito. Sólo puedo intentar seguir y crecer más, haciendo las cosas mejor, gracias a que algo cambió en mí.

Al final no sé si pude explicar o si por ser tan obvio algo que no veía no se comprende o, si por la misma razón, se ve estúpido. Sólo puedo sentirme completamente expuesta pero más fuerte.

Tengo muchas cosas que pensar, algo tan pequeño enrealidad me cambia todo. Tengo menos miedo, tengo más energía, tengo que evaluar los planteamientos que se desligan a partir de "compañero en la vida" ¿qué quiero?, tengo que tener esto en mente porque estoy acostumbrada a actuar de otra forma, tengo que darme cuenta en qué otros parámetros estaba incluyendo este razonamiento.

Es muy raro poder ver las cosas del otro lado. Que no sé si es otro lado, es unir un túnel, tenía una barrera que no dejaba que el otro se acercara mientras más cerca debí estar. Todo se siente distinto.

Me vuela la cabeza. Y de este hilo se unen tantas otras cosas. Todo muy serio y muy jodido.

Pero, calma, con pausas, respirar hondo y seguir, y sonreir, que no recuerdo la última vez que me sentí tan poco sola. Tan... soportada. Contenida. Querida como un igual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pasa lo que te pasaba antes de hacer el click.. (mis apuntes de psicología dicen que eso se llama "creencias erróneas"); me cuesta sentir ese "tan poco sola", de hecho, siento que estoy justo en el extremo contrario.. "tan demasiado sola".
Sé cuán difícil es poder ver las cosas del otro lado, date tú misma un aplauso por haber sido capaz de hacerlo.